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martes, 12 de agosto de 2014

Daría


Hace algunos años surgió una serie que se separaba de la animación usual, en ella los dilemas sociales y morales de la sociedad se imponían. Este es el caso de Daría, un spin-off de la serie Beavis & Butthead que se emitía en la MTV, en la cual este personaje surgía eventualmente con su sobrio carácter que contrastaba bastante con el de los absurdos protagonistas. Apareció en la MTV también de la mano de Glenn Eichler y Susie Lewis Lynn en 1997, en España pudimos disfrutarla cuando la cadena, entonces de música, entró en la parrilla televisiva nacional. Esta serie supuso una sorpresa para aquellos televidentes que empezaban su vida adolescente, ya que ofrecía algo con lo que poder identificarse, mostrando unos diálogos inteligentes con toques de sarcasmo, en los que se cuestionaba lo que se consideraba socialmente correcto con personajes inconformistas entre los que se mezclaban con éxito personajes típicamente tópicos con otros más alternativos.


En ella nos muestra a Daría Morgendorffer, la típica adolescente inadaptada social, con gafas de pasta, inconformista e inteligente, con cierto comportamiento sociópata e indiferente como mecanismo de defensa ante un mundo lleno de ironía e hipócritas. Como contrapunto sus padres son los típicos padres que desconocen las inquietudes de sus hijas, Daría tiene una hermana llamada Quinn que destaca por ser totalmente opuesta a nuestra protagonista, es el típico cliché de pija absurda, coqueta y superficial. El otro personaje destacable de la serie es Jane Lane, la mejor amiga de Daría, también inconformista, de humor negro y con conocimientos sobre arte, ya que en la serie había numerosas referencias culturales a artistas de la pintura y la literatura, aunque a diferencia de su amiga, Jane sabe disfrutar de los momentos de humor siendo capaz de resultar divertida y animada si la situación lo requiere y seria en otros casos, mostrando un personaje con un registro muy realista. Por cierto Daría parece que siente algo por Trent Lane, hermano de Jane, que resulta el amor imposible de Daría dándole ese toque de enamoramiento platónico que encaja también entre los adolescentes.


Los gafapasta se asociaban entonces (y ahora) a gente muy culta y con un gran mundo interior, con el cual es muy fácil identificarse; suena a idea original, pero entre los adolescentes es un truco muy barato y siempre efectivo que el autor supo explotar para contactar con el público de manera efectiva. Ya he dicho lo maravilloso que es la protagonista independiente con su inexpresividad, pero no me parece en absoluto un personaje ejemplar, ya que su falta de entusiasmo es deprimente impidiéndome conectar con la protagonista debido a su excesiva indiferencia y su total carencia de aspiraciones por nada. Por otro lado, puede que la verdadera clave de la serie resida no en identificarte con Daría, como he defendido hasta ahora, sino compararte con el resto de personajes cliché que aparecen, ya que posee una gran variedad de ellos.



A pesar de todo, tuvo gran éxito porque nos ofrecía algo fresco y rebelde, con unas conversaciones con frases cínicas y situaciones más adultas manejadas con un humor sobrio pero atractivo.




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